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La despensa

20 consejos para ahorrar en la cesta de la compra

La cuesta de enero es implacable y quien más quien menos sufre en sus propias carnes las consecuencias de los excesos cometidos durante las fiestas. Para hacer este inicio de año un poco más llevadero económicamente, sigue estos consejos que te permitirán ahorrar en la cesta de la compra sin sufrir demasiado. Sólo necesitas constancia y algo de tiempo extra. ¿Tienes?

1- Es muy obvio, pero no siempre lo cumplimos: no vayas a hacer la compra con hambre. El supermercado es un gran escaparate de tentaciones que nos harán gastar dinero en productos que no nos van a aportar nada nutricionalmente, que contienen gran cantidad de calorías vacías, suelen ser caros (en relación calidad-precio), pero, eso sí, están buenísimos. Caramelos, ‘snacks’, chocolatinas, bollería… vamos a caer en la tentación si tenemos hambre. ¿Qué tal si te comes una manzana, o un pequeño tentempié en forma de minibocadillo, antes de ir al súper?

2- Planifica los menús semanales. Ya tienes deberes para el domingo: idea tus menús de cada día, apúntalos en una libreta y no te desvíes ni un ápice de lo previsto. Compra sólo lo que vayas a cocinar y verás como tu cartera lo nota.

3- No compres todo en el mismo sitio. Di adiós a aquellos tiempos en que una visita al súper te bastaba para hacer la compra del mes. En enero, si queremos apretarnos el cinturón, conviene estar al día de las mejores ofertas, y tener tal menos tres supermercados en los que comprar en función de nuestras necesidades.

4- En este sentido, consulta las webs de los establecimientos más cercanos a tu domicilio. En todas suelen publicar las ofertas semanales, de manera que podrás estar al día de cómo está el mercado y tenerlo en cuenta cuando planifiques tu compra.

5- Sí a la despensa. Si tienes la suerte de tener un espacio en casa que puedas utilizar como despensa, sácale el mayor partido. Compra al por mayor todo lo que puedas, que no se vaya a estropear, claro, y que esté a muy buen precio. Latas, conservas, bebidas, productos de limpieza e higiene… son susceptibles de ser adquiridos en grandes cantidades a precios muy económicos.

6- Hazte, en la medida de lo posible, con descuentos y cupones. Hay numerosas webs que regalan muestras y cupones de regalo y descuento. Te serán de gran ayuda.

7- Ve a la frutería. La fruta del súper suele ser mucho más cara que en las pequeñas fruterías de barrio. Asegúrate de que sea así en tu caso y, en la medida de lo posible, compra la fruta y verdura en establecimientos especializados.

8- Lo mismo suele ocurrir con la carne y los embutidos. Si en el súper los precios son elevados, compara con los de la pequeña carnicería o charcutería y no dudes en cambiar, aunque ello suponga caminar un poco más o perder algo más de tiempo.

9- ¿Comer fuera? Lo mínimo. Y si lo haces, infórmate de las ofertas. Entre semana muchos establecimientos ofrecen 2 X 1 o menús cerrados, incluso de noche. Si te da igual, ¿por qué no innovas y te quedas en casa el viernes y sábado, con alguna de las recetas de nuestra web entre manos, y decides salir a cenar, pongamos por caso, el martes? Si eres avispado, no dudes que la velada va a salirte mucho más económica. Y después, cuando regresen las vacas gordas, tal vez hayas cogido el gusto a eso de salir entre semana.

10- Apuesta por la cuchara. Es enero, hace frío y el cuerpo, aunque a veces no sepamos escucharle, nos pide cuchara. Sopas, cocidos, cremas… son platos consistentes y mucho más económicos que un tartar de atún, que nos van a sentar estupendamente, nos van a calentar y, encima, son muy amigos de nuestras carteras.

11- Da una oportunidad a los pescados menos sofisticados. No todo tienen que ser mariscos y atunes, aunque seamos unos fans irredentos. Hay pescados que a menudo ninguneamos, económicos, nutritivos y que ofrecen múltiples posibilidades para ser cocinados. Por ejemplo, las sardinas, cuyo aporte de omega 3 es fantástico para nuestro organismo, o la trucha, entre otros pescados. Acércate a la pescadería, busca, compara y déjate aconsejar.

12- Reaprovecha. En enero no se tira nada. Hazte un ‘crack’ de croquetas, empanadillas, quiches y demás cocina de reaprovechamiento. ¿Cómo vas a tirar sin pestañear las sobras del caldo cuando pueden dar lugar a unas fantásticas croquetas, que además podrás congelar y te van a solucionar varias cenas?

13- Haz pan en casa. En Megustacocinar encontrarás numerosas recetas de panes diferentes de la mano de Xavier Barriga, y, una vez les hayas cogido el truco, los harás en diez minutos y te solucionarán la semana.

14- Lo mismo con la bollería y repostería. ¿Por qué en lugar de comprar esos desayunos a base de cereales o bollería no te elaboras tus propios bizcochos caseros? Tanto Xavier Barriga como Webos Fritos ofrecen numerosas recetas, ideales para protagonizar el desayuno familiar no sólo de manera mucho más económica, sino también más saludable.

15- Que tu lema sea “no se tira nada”. ¿Unas verduras muertas de risa en la nevera? Haz un salteado y acompáñalo de un poco de arroz, pasta, quinoa o cuscús. ¿Unas lonchas de embutido que pensabas tirar? Que coronen las pizzas. Y así con todo.

16- En la línea del punto anterior, hay muchos trucos para que los alimentos duren más. Por ejemplo, nunca guardes las patatas con las cebollas, pues se estropean antes. Ponlas en un lugar fresco, seco y, a poder ser en penumbra. Y, claro, por separado, aunque las patatas puedes guardarlas, aunque parezca mentira, junto a las manzanas.

17- Que el congelador sea tu mejor amigo. Congela, congela y congela. Hazte tapers y congélalos, compra carnes y pescados a buen precio y guárdalos en el congelador, debidamente envueltos y etiquetados.

18- Nada de picoteos callejeros. Elimina esa bolsa de patatas, o el cruasán de la merienda que te compras en el bar… Estás pagando precios altísimos cuando puedes comprarlos en otro lugar.

19- Guarda las cebollas en un panty. Suena a risa, sí, pero funciona. Durarán mucho más.

20- Y por último: ante todo mucha calma. No es un mes fácil pero conviene tener siempre presente que ha valido la pena. Que hemos compartido grandes momentos frente a una mesa con nuestros seres queridos (y que si los momentos no han sido tan fantásticos, lo que suele ocurrir en Navidades más de lo que a priori parece, tal vez también hayamos aprendido algo de ellos), y que ese marisquito, esos asados y ese picoteo ‘delicatessen’ han pasado ya a formar parte de tu historia gastronómica. Y, oye, que te quiten lo “bailao”.

 

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