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Tartaletas crudiveganas con crema de vainilla y frutas del bosque

La Semana Santa es ideal para descansar, pasar tiempo en familia, ir a la montaña o leer algún libro. Además, si os gusta cocinar, es el momento perfecto entrar en la cocina y probar nuevas recetas.

Si hay algo típico de Semana Santa sin duda son los dulces: las torrijas, las rosquillas, los buñuelos, el panquemado, la leche frita, los huevos de chocolate o la mona de Pascua. Dulces y postres tradicionales, algunos más conocidos y otros elaborados sólo en comarcas o localidades determinadas.

El lunes de Pascua se caracteriza por una tradición de origen cristiano en el que los padrinos regalan “la mona” a sus ahijados. Antiguamente se trataba de un dulce esponjoso que se acompañaba con huevo duro, pero con los años este modelo ha ido evolucionando y ahora encontramos monas de muchos tipos y formas distintas: con mantequilla, crema, fruta escarchada o con grandes figuras de chocolate.

Hoy en día, lo más habitual es comprar la mona en pastelerías, sin embargo, a los que nos gusta cocinar, es una buena ocasión para preparar el pastel en casa.

Vosotros ¿qué tipo de mona soléis preparar? ¿Tenéis alguna receta infalible? Mucha gente opta por la versión más típica y tradicional de preparar un bizcocho con nata, crema o chocolate, pero a nosotros nos gusta innovar y preparar pasteles más curiosos y originales. Este año hemos optado por estas maravillosas tartaletas crudiveganas del libro La cocina sana de Lorraine Pascale que, además de ser  fáciles de preparar y muy vistosas, son saludables ya que ¡no llevan azúcar ni harinas blancas refinadas!

Si tenéis invitados en casa, con estas tartaletas ¡quedaréis como unos auténticos chefs!

Ingredientes

* La receta está pensada para 4 tartaletas individuales, aunque si dobláis los ingredientes de la base y la crema podéis preparar una sola tarta grande.

Para la base

  • 250 g de nueces pecanas
  • 150 g de dátiles Medjool, sin hueso

Para el relleno

  • 150 g de anacardos crudos
  • 50 g de dátiles Medjool, sin hueso
  • 1 vaina de vainilla
  • 100 ml de agua fría

Para decorar

  • Frambuesas
  • Arándanos
  • Fresas
  • Moras

 

Elaboración

  1. La noche anterior, colocar los anacardos del relleno en un bol y cubrirlos con agua. Dejar remojar toda la noche (unas 8 horas).
  2. Al día siguiente, untar los 4 moldes individuales con un poco de aceite de coco virgen extra o aceite de oliva virgen extra.
  3. Colocar los dátiles y las nueces pecanas para la base en un procesador de alimentos y triturar hasta que se mezclen y empiecen a formar grumos.
  4. Repartir la mezcla en los moldes y presionar con los dedos para cubrir la base y los laterales, asegurando que el espesor sea uniforme por todas partes. Colocar en el frigorífico durante 30 minutos, mientras se prepara el resto de la receta.
  5. Colar los anacardos remojados y enjuagarlos bien con agua fría. Colocarlos en un procesador de alimentos, junto los dátiles del relleno, el agua y las semillas del interior de la vaina de vainilla. Opcional: también puedes añadir la ralladura de un limón para darle un toque más fresco. Triturar hasta obtener una crema fina, cremosa y homogénea.
  6. Repartir la crema de anacardos en las distintas tartaletas y decorar con los frutos del bosque.

 

Podéis encontrar más recetas de pasteles deliciosos en los libros La cocina sana de Lorraine Pascale y Recién horneado por Lorraine Pascale.

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